martes, 18 de febrero de 2014

SOCIALES 10° RESUMEN Y ACTIVIDAD SEMANA 5

ACTIVIDAD ACADÉMICA INDIVIDUAL
1. RESUMA EN SU LIBRETA LOS TEMAS.
2. RESPONDA LAS SIGUIENTES PREGUNTAS
¿Qué entiendes por movimiento obrero?
¿Qué es comunismo?
¿Qué es socialismo?
¿Qué es un Sindicato?
¿Crees que en Colombia se valora a la clase obrera?
¿Por qué se hacen luchas sindicales en Colombia?
¿Cómo son los derechos humanos en Colombia?


RESUMEN
MOVIMIENTO OBRERO EN COLOMBIA

La historia de la clase obrera en el mundo está llena de dolor y sangre y le ha significado todo un proceso de luchas y grandes esfuerzos el lograr conquistar la jornada de los tres ochos. Actualmente la socialdemocraciaenmascarada de mil  formas y colores, mella el filo a la lucha revolucionaria y pretende hacernos creer que la lucha de clases no es irreconciliable y que no corresponde a toda una historia de la humanidad de cuyo seno continua chorreando sangre, sangre de pueblo, sangre obrera. En 1799 la ley expedida por los explotadores y denominada “ley contra huelgas y las asociaciones de obreros”, amenazaba a estos, hasta con pena de muerte sus insubordinaciones; es en 1864 la llamada “primera internacional” y entre otros, Carlos Marx, quien jugando un papel relevante, instaura formalmente la lucha mundial por la jornada de trabajo de 8 horas, que posteriormente la “segunda Internacional”, aprueba el 1 de mayo como el día de los trabajadores y que se convierte en bandera para la clase trabajadora a lo largo y ancho del planeta.

El 1 de mayo de 1886 señalo el inicio de la consecución de uno de los derechos laborales más básicos para la clase trabajadora del mundo: Las ocho horas de trabajo. Por eso, los mártires de Chicago y el 1 de mayo simbolizan, desde 1886 en adelante, el sacrificio en la lucha de los trabajadores por sus derechos. En Colombia, el primero de mayo se celebra desde el año 1919, posterior a que se tratara de hacer en 1914 y lógicamente tiene unos antecedentes en la conformación e historia de la clase obrera colombiana. Recientemente la Unión Sindical Obrera USO, cumplió 90 años de fundada y de luchas, haciendo parte importantísima de las luchas del pueblo colombiano por el logro de mejoramiento de condiciones de vida, con una característica especial, que desde su nacimiento, practicó la alianza obrero campesina. Mientras en Colombia, se continua hablando de paz y de reformas, se hace necesario defender lo que aún no han arrebatado los señores del poder, de su codicia y de su afán por continuar acumulando riqueza, llevando a colocar la lucha por una verdadera justicia social, obrera, campesina y citadina, por mejores condiciones de trabajo, por salud, educación, por tierra, por soberanía alimentaria y por todas las reivindicaciones necesarias para que el hombre viva como merece, al centro.

El repaso desprevenido de las principales luchas laborales colombianas del presente siglo nos proporcionó un aserto que merece un comentario: prácticamente todos los momentos de viraje estuvieron acompañados de un cambio relevante en el curso de la política nacional y, a la vez, del empleo de la fuerza. Es lugar común decir que por la Costa Caribe penetraron los elementos de la transformación del país: los colonizadores del siglo XVI, las máquinas de "minear" del XVIII, las instalaciones completas de ingenios azucareros y plantas textiles de los siglos siguientes, y hasta los primeros educadores políticos de los trabajadores colombianos. Resulta sugestivo que el primer intento de acción obrera organizada se presentara también en la Costa y durante el único gobierno progresista habido antes de los liberales de los años treinta. La zona neurálgica del conflicto laboral en los tres primeros decenios del presente siglo estuvo localizada en el mismo escenario, con el río Magdalena como su eje. La primera oleada huelguística de pretensiones nacionales y el intento inicial de hacerse a una organización de cobertura nacional datan de fines del decenio de 1910, al término de una Guerra Mundial que arrojó sobre las costas americanas a decenas de activistas sindicales europeos. La década de 1920 está ocupada enteramente por la obsesión obrera de ganar autonomía política y conquistar una representación gremial de escala nacional. Tormentosas huelgas petroleras consiguen estremecer a la opinión pública y una efímera Confederación Obrera Nacional surge al calor de los escarceos socialistas, pero todos los esfuerzos terminan con la derrota final del movimiento bananero de 1928 y la desintegración del prestigio del régimen conservador al año siguiente, en la conocida jornada estudiantil del 8 de junio
Si el movimiento sindical colombiano había incubado en las miserias de la guerra de 1899 y su trágico epílogo, la separación de Panamá, la crisis mundial de 1929 cambió el panorama completamente. Los fusiles de Carlos Cortés Vargas en la Zona Bananera y la crisis económica extinguieron la espontaneidad y el mutualismo de las acciones obreras. Los mismos obreros, como tales, desaparecen de la escena y en su lugar las calles de las ciudades se llenan de desocupados y hambrientos. Fue una forma de expresión de la nueva vida urbana del país. No eran ya los labriegos de la guerra de los Mil Días que se habían arrancado el uniforme para no delatarse y andaban en los caminos en busca de un mendrugo de pan. Eran propiamente las gentes empobrecidas de las zonas urbanas, no pocas de las cuales habían nacido ahí mismo. Los liberales radicales y los socialistas de la época volvieron sus ojos a ellas, las acompañaron en las "marchas de hambre" de 1932, y solamente en la penetración de esas filas descompuestas encontraron de nuevo a los obreros.
Había terminado el proceso de germinación y desarrollo de las organizaciones sindicales, y de sus mismos protagonistas. El rápido ascenso de las fuerzas productivas nacionales era un hecho desde la década anterior, y las administraciones liberales se sintieron obligadas a identificarse con los nuevos vientos de la historia. En 1931 se expide la primera ley protectora de los sindicatos y, desde entonces y hasta 1948, cuando comienza en firme la Violencia, el crecimiento orgánico del mundo laboral y la institucionalización de sus luchas son fenómenos incontrovertibles. En 1936 se crea la primera confederación sindical estable, la CTC, que rápidamente gana influencia e impulsa todo un proyecto político amarrado al Estado y sobre todo al gobierno de Alfonso López Pumarejo. Liberales, socialistas y comunistas se suben a ese tren de la democracia, solitario en nuestra historia contemporánea, y pese a sus discrepancias obligan al empresariado, siempre de la mano de las leyes, a reconocer la existencia de los sindicatos. En 1944-1948, en medio de gran auge económico, se creó más de la mitad de los sindicatos que aparecieron desde principios de siglo, y en julio de 1947 se conocieron los resultados del primer censo sindical del país, promovido por mentalidades progresistas. Los asalariados ganaban un lugar en el pensamiento colombiano.
A mediados de los años cuarenta, al estímulo de la lucha contra el fascismo y la victoria final de los aliados en la Guerra Mundial el avance de las fuerzas del trabajo fue general en el mundo. Esto pudo alarmar a los sectores moderados del liberalismo y al mismo López, y una nueva coyuntura de fuerza apareció en el horizonte. La huelga general que los estibadores pretendieron sostener a fines de 1945 a lo largo del tramo navegable del río Magdalena fue ilegalizada y desbaratada para sentar un precedente: el de que la autoridad no proviene de las fuerzas sociales, por altivas que ellas aparezcan, sino de los aparatos que manejan el Estado. En realidad, el conflicto en el río estaba tan aislado socialmente como el de la Zona Bananera diecisiete años atrás. La mejor prueba de ello fue que su desbandada coincidió con la pérdida del poder por el partido liberal. En 1945 culminó el matrimonio de ese partido y el movimiento obrero y acabó la era del sindicalismo heroico.

Los doce años transcurridos entre la derrota de los navieros y la caída del gobierno de Rojas Pinilla son los peores que ha soportado el sindicalismo colombiano. En 1946 se quebrantó definitivamente el esfuerzo unitario que se había mantenido desde 1919, y nació la organización sindical más caracterizada y coherente que ha tenido el país: la UTC. Afincada en un tipo de sindicalismo que es tolerado por el capital, el de base o empresa, en su haber pudo mostrar realizaciones del régimen tales como el ISS, el Sena, Paz del Río, las cajas de compensación familiar y el ICBF. Sin embargo, el reino de la Violencia, más que sofocar a una CTC corroída por la manipulación partidista y proteger a una UTC levantada frente al nuevo proceso de industrialización, enseñó a los trabajadores su intolerancia y el recurso de la fuerza. Pese a todo, el grueso del sindicalismo escapó de la tutela de los partidos. Rojas fracasó en el empeño de crear una organización obrera obediente a su fórmula corporativista; la Iglesia --que sólo trabaja para su proyecto universal-— le sacó el cuerpo a la retorcida Confederación Nacional de Trabajadores y avanzó al lado de la UTC, y los mismos dirigentes sindicales rojistas terminaron por volver la espalda al dictador. En los años finales de la dictadura militar, organizaciones enteras de la CTC renacieron con la ayuda solidaria de líderes que momentáneamente habían sido ganados por la prédica de sabor peronista. Finalmente, a partir del ingreso de Tulio Cuevas a la presidencia de la UTC en 1963, se opera la transformación más significativa: los sindicatos proclaman su derecho a desarrollar una política autónoma, independiente de los partidos políticos. Por eso durante el Frente Nacional el sindicalismo se convirtió en un fenómeno incómodo al cual, sin embargo, era conveniente asignarle un lugar en la vida social.
La huelga que alrededor de quince mil azucareros del Valle del Cauca adelantaron en julio de 1959 marca el inicio de un nuevo ciclo de luchas obreras. Como en 1928 y en 1945, la huelga fue derrotada y su incidencia marcó el descenso de los conflictos laborales en ese departamento, hasta entonces a la cabeza de la resistencia popular al avance de las ideas antidemocráticas. Pero, a diferencia del pasado, el movimiento sindical no se detuvo. Simplemente se trasladó a otros escenarios. Se concentró en Antioquia, Cundinamarca y Santander, y penetró en las comarcas de la periferia donde el desarrollo económico y político tomaba renovado impulso: Guajira, Arauca, Meta, Casanare, Cauca, Nariño... Hacia 1974, cuando se inicia el desmonte del Frente Nacional, el sindicalismo parecía haber alcanzado su máximo desarrollo como mecanismo de lucha social. El viraje de 1974 es muy sugerente. Sumergido en la crisis mundial del petróleo, el país inicia la declinación persistente de su planta industrial en favor de las inversiones en el sector terciario de la economía. Es el único momento de cambio en que no aparece patente algún factor de fuerza externo, y sólo es dable observar el fortalecimiento impresionante del sindicalismo contestatario, ajeno a cualquier rasgo tradicional, y el ascenso sostenido del suceso huelguístico, que alcanzaría su máxima expresión en los años ochenta. Entre los años 60 y 70 el número de huelguistas aumenta apenas en 87%, pero en la década siguiente el volumen de los 60 se multiplica por ocho.

La década de los años ochenta conoció el cambio definitivo. La notoria desaparición de líderes de la manufactura, la construcción, la agricultura y la minería en los altos cargos confederales, con el consiguiente mayor peso comparativo de los empleados y los intelectuales de clase media, evidenció el distanciamiento del viejo sindicalismo gremialista. La concentración del poder en los sindicatos grandes y en las empresas y dependencias burocráticas del Estado distendió los amarres solidarios del movimiento entero. Jornadas de lucha como las de los azucareros, petroleros y cementeros de los años sesenta se volvieron impensables. En medio del fracaso de los intentos de crear sindicatos por rama económica, los asalariados de las empresas pequeñas y medianas no tuvieron ya quién defendiera sus intereses en el nivel nacional. La poderosa UTC, afectada por el fracaso de su proyecto de partido laborista y entregada a directores mediocres, acabó por enredarse en turbios negociados y se precipitó en una descomposición que a mediados de los ochenta la condujo a la muerte. Los sectores más lúcidos lograron sin embargo salvar del naufragio a la mayor parte del movimiento, y en un golpe de audacia erigieron en noviembre de 1986 la actual Central Unitaria de Trabajadores, la más representativa confederación laboral que ha tenido el país. La historia de la conquista de la organización nacional había recorrido una órbita completa desde sus pasos iniciales de 1919, pero el desastre final del mundo socialista y la irrupción rampante de la economía de mercado desarticularon las filas sindicales y colocaron una vez más al movimiento en situación de reflujo. En eso está hoy, buscando quizás una próxima coyuntura que no vaya acompañada de la fuerza y que permita la maduración de las nuevas tendencias que vienen abriéndose paso en la estrategia de los trabajadores, caracterizadas por el abandono de prácticas exclusivamente reivindicatorias y por el esfuerzo de fundir su lucha con la de las vastas capas de la población desposeída y los movimientos sociales contemporáneos: ecológicos, étnicos, culturales, de promoción de la vida y los derechos humanos.

EL PARTIDO COMUNISTA EN COLOMBIA
El Partido Comunista Colombiano es un partido político marxista leninista de Colombia, fundado el 17 de julio de 1930 como sección de la Internacional. Su inicial denominación fue Partido Comunista de Colombia, que cambió en 1979. El PCC es heredero de las luchas sociales que obreros y campesinos habían iniciado desde 1919 con la fundación del otrora Partido Socialista, y el posterior e inexistente en la actualidad Partido Socialista Revolucionario de María Cano, Tomás Uribe Márquez e Ignacio Torres GiraldoEl PCC se define como un partido obrero y campesino y de todo el pueblo colombiano, y se guía por el marxismo-leninismo y el pensamiento bolivariano y latinoamericanista. Durante su existencia ha sido uno de los más importantes actores de la izquierda colombiana, y actualmente hace parte de la Marcha Patriótica (movimiento político). El Partido Comunista de Colombia se fundó a partir de la convergencia de grupos intelectuales cercanos a la Revolución de Octubre y de la mayor parte de los militantes obreros del antiguo Partido Socialista Revolucionario de la década del 20. La falta de una línea unificada en el PSR (había un sector putchista y otro abiertamente liberal) llevó a que el ala más radical (donde figuraban los gremios de artesanos, las federaciones de obreros portuarios y del transporte, y las nacientes ligas agrarias e indígenas) aceptara las 21 condiciones de ingreso a la Internacional ComunistaEl proceso de construcción del PCC se vio marcado por el paso de destacados obreros comunistas al Partido Liberal Colombiano, (incluyendo su primer secretario general, Guillermo Hernández Rodríguez). Para 1934 el PCC se presenta a elecciones presidenciales con Eutiquio Timoté como candidato. El triunfo del liberal progresista Alfonso López Pumarejo y de su programa de “Revolución en marcha” se ve acompañado del crecimiento de los ataques de sectores radicales del conservatismo a las reformas. El PCC orienta entonces la conformación de un "Frente Popular Antifascista" junto con los obreros liberales, agremiados todos en la joven Central de Trabajadores de Colombia, CTC.

EL PARTIDO SOCIALISTA EN COLOMBIA
El Partido Socialista Revolucionario (PSR) fue el primer partido político marxista estable de la historia de Colombia. Fue fundado en 1926 durante la realización del III Congreso Obrero, con amplia ascendencia en los obreros de la Confederación Obrera Nacional, así como en ligas campesinas, de inquilinos e indígenas. En 1927 se realizó su I Convención Nacional en La Dorada, siendo apresado por la policía toda su dirección nacional, que terminó sesionando en la cárcel de dicho municipio. Entre sus militantes ilustres estuvieron María Cano, Tomás Uribe Márquez, Ignacio Torres Giraldo, Gilberto Vieira White, y José Gonzalo Sánchez. El fracaso de la Huelga de las Bananeras en el Magdalena, en 1928, sumió al PSR en una honda crisis que conllevó a su división práctica. El 17 de julio de 1930, el pleno ampliado de su Comité Central lo renombra como Partido Comunista de Colombia, sección de la Internacional Comunista, iniciando una campaña de "bolchevización", de la que saldrán marginados de las filas partidarias María Cano y Tomás Uribe Márquez.

SINDICALISMO EN COLOMBIA

Artículo 39. Los trabajadores y empleadores tienen derecho a constituir sindicatos o asociaciones, sin intervención del Estado. Su reconocimiento jurídico se producirá con la simple inscripción del acta de constitución. La estructura interna y el funcionamiento de los sindicatos y organizaciones sociales y gremiales se sujetarán al orden legal y a los principios democráticos. La cancelación o la suspensión de la personería jurídica sólo procede por vía judicial. Se reconoce a los representantes sindicales el fuero y las demás garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión. No gozan del derecho de asociación sindical los miembros de la Fuerza Pública.
Constitución Política de Colombia
Es una política del Gobierno de Colombia promover y proteger los derechos laborales y la libertad de asociación. Los avances en Colombia en protección se pueden apreciar, en particular, en torno a cuatro grandes áreas: protección del derecho a la vida de sindicalistas, lucha contra la impunidad y garantías laborales. En este espacio podrá encontrar información sobre estos avances. El Director de la Unidad Nacional de Protección-UNP-, Andrés Villamizar, se reunió con el Director general de la Organización Internacional del Trabajo-OIT-, Guy Ryder, para presentar los avances del gobierno colombiano en materia de protección a sindicalistas. En el encuentro, Villamizar informó que a 31 de octubre de 2013, la Unidad Nacional de Protección cuenta con 639 sindicalistas protegidos, al tiempo que realizó 565 estudios de nivel de riesgo a Líderes y Activistas Sindicales (1 Extremo 202 extraordinarios, 296 ordinarios, 66 devoluciones).
"Desde la creación de la UNP a la fecha se han implementado 61 esquemas duros de protección a la población sindical. (Vehículo corriente o blindado y escoltas). Además contamos con un programa de protección colectiva a grupos sindicales, para garantizar el derecho a la vida de la población en riesgo", afirmó el funcionario colombiano. En materia presupuestal, indicó que para el fortalecimiento de este programa, se destinaron aproximadamente 47 millones de dólares, de los cuales se han ejecutado a 31 de octubre 29 millones de dólares. Durante la reunión con la OIT, Villamizar destacó el compromiso del Ministerio del Interior y de la Unidad Nacional de Protección con la seguridad de los líderes sindicales. "Es prioridad para la UNP garantizar la protección de todos los líderes y lideresas sindicales, ya que su labor contribuye a la lucha por los Derechos Humanos", señaló el funcionario. Así mismo destacó los buenos resultados obtenidos mediante el trabajo desarrollado con las Centrales Sindicales (CUT CGT y CTC) y la Oficina de la OIT para los países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) a través de la Coordinación Nacional de Fortalecimiento Interinstitucional. Proyecto Derechos Humanos - Protección contra la violencia sindical.
"Esto nos ha permitido realizar cuatro eventos piloto en las ciudades de Medellín, (10 septiembre) Cali (4 octubre), Barranquilla (1 Noviembre) y Riohacha (pendiente), donde se han realizado talleres dirigidos a Sindicalistas, explicando los pasos a seguir en la ruta de protección, las diferentes instancias responsables en el proceso. Además de la elaboración de una cartilla donde se explica la ruta de protección especialmente dirigida a los sindicalistas", explicó Villamizar. El director de la UNP señaló que también se creó la estrategia de Gestión del Servicio, que cuenta con un grupo de asesores para cada una de las poblaciones objeto del programa de protección entre ellas, la población sindical que se encarga de atender y hacer seguimiento a los casos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario